domingo, 10 de febrero de 2019

Diferente a la inercia


 El viajero recuerda todas aquellas veces que lo han anulado, que han intentado que no exista, o que no se exprese. Y no son pocas. Las veces que bajo la idea de una educación le han cortado esta ala o la otra. Las veces que le han cerrado una puerta en las narices o las veces que le han regañado por ser él mismo. Pero el viajero no se rinde fácilmente y comprende que el respeto hacia su propio ser tiene que ganárselo por su cuenta. Que la fe en lo distinto de su camino no se la puede exigir a nadie más que a él. Parece que ahora el viajero fueran dos. El y sí mismo. Y ha de poner de acuerdo a su ser, someter la decisión de por dónde transitar, a algo diferente a la inercia, la imitación, la moda o la falta de personalidad.  Como si sí mismo fuera alguien también a quien escuchar, con quien dialogar, a quien preguntar. ¿de qué está hecho ese si mismo? Se pregunta…Piensa que de hallazgos .Cada hallazgo propio configura un nuevo mapa de hallazgos de su persona , igual que cada barrio distinto forma y configura la ciudad. 


Sin embargo, pensándolo bien, ese si mismo prefiere dejarlo en misterio, en algo que te sorprende, inabarcable, un ser con vida propia, a quien aceptar y querer.  

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