jueves, 25 de abril de 2013

Cristina Iglesias y la construccion de ficciones.




Cristina construye ficciones con la materia. Son relatos construidos de los que tú ahora eres parte inmersa o envuelta en esa ficción.  La habitación vegetal en cuyos muros nos sentimos trasladados a la naturaleza, la fuente en cuyo fondo se forma un plano vegetal y frondoso solo visible cuando el agua se vacía,  el techo suspendido de fondo marino que da la vuelta a nuestra percepción habitual del arriba y abajo y que nos configura un espacio casi imposible, las habitaciones ficticias tejidas de relatos perdidos y semiocultos, los laberintos sígnicos que transforman nuestra percepción del interior y el exterior, los pozos en cuya escorrentía podemos sentir la profundidad, la gravedad ,el giro de la tierra  etc.
 
Todo parece real, porque puedo tocarlo, sentirlo, verlo, oírlo, remitirme a recuerdos incluso casi a aromas. Todo  parece real, pero a la vez es apariencia de algo, apariencia de hierro, apariencia de tejido, apariencia buscada, para crear una ficción, un sueño, una ilusión construida. Se trata de un juego  de transferencias que se dan en la vida,  de lo real a lo imaginario y viceversa, permitiendo desde ahí hacernos más conscientes de ambos mundos, dejando que esos espacios proyectados fuera de nosotros nos digan algo.

Es el juego de lo envolvente, de lo interior y lo exterior, de las luces y las sombras, de lo superficial y lo profundo, de lo cerrado y lo abierto, de lo que vemos directamente y de lo que vemos reflejado.  La luz, el aire, la celosía, son todo referencias donde lo mental  adquiere construcciones diversas, buscando espacios mágicos que pueden producirse en nuestros interiores  que necesitan referencias espaciales, como techos habitaciones o muros, donde han de producirse reflejos, pasadizos, zonas iluminadas o zonas ocultas que pueden desvelarse.  

Sus relatos construidos contienen en ocasiones secuencias temporales propias y narrativas, no solo del espectador que se mueve variando la lectura. Una fuente estanque que se vacía a través de una grieta al cabo de un tiempo, cambiando totalmente la percepción de la misma, descubriéndose un fondo vegetal, pasando de una percepción espejo de la lámina de agua  a una percepción de  barrera  vegetal, que minutos más tarde volverá a llenarse cambiando de nuevo la percepción de la obra acompañándose de una sensación de calma  o de quietud. Son relatos casi literarios, sacando a la escultura de toda percepción quieta, dando un paso más no solo en lo referente a los diversos puntos de vista sino a las posibilidades de cambio de emociones perceptivas y significados dentro de la misma pieza.  

Lo mismo con sus puertas en el museo del Prado, que disponen de diversas posiciones según la hora del día. Se trata de percepciones cambiantes que no son las mismas si las vemos de lejos que de cerca, variando en cada caso una percepción abstracta de las mismas o una segunda lectura de  pantalla vegetal. Tampoco son las mismas si las vemos al entrar en el museo que al salir porque al cabo de ese tiempo han cambiado de posición; de este modo se introduce una historia propia en sus obras, rompiendo la rigidez estática de lo escultórico, y superando también, lo de los diferentes puntos de vista. Todo está en movimiento, el espectador y la propia obra, reflejando de un modo mucho más preciso las sensaciones que podemos tener un nuestro mundo cambiante.
 
Dentro de esas ficciones, también aparecen los temas interiores de la mente, como puedan serlo nuestras percepciones, y determinadas metáforas de nuestra memoria, como son esos reflejos desdibujados de representaciones, como los logrados con planchas metálicas más o menos pulidas, que reflejan tapices de épocas pasadas de difícil visualización como en capas que quieren desdoblarse para ser vislumbradas, lo mismo con vidrios que reflejan otras partes de la obra, dando una visión posterior de la pieza, como si en nuestra propia mente pudieran producirse los mismos problemas de incompletitud perceptiva con el que nos encontramos con la realidad.

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