Las tramas sígnicas de Cristina recuerdan a cualquier tela africana del siglo que sea, intemporal aunque en ellas muy al estilo del arte islámico se reproducen determinados textos significativos que quedan diluidos a efectos de su comprensión, ya que la intención última no es la lectura del texto, sino que el texto forme parte de algo materializado. Con ellas, construye espacios tridimensionales donde podemos movernos y sentir esas vibraciones con todos los sentidos, corporalmente como en el caso de la arquitectura. Al introducirse la luz y el recorrido, se introduce también el tiempo, y una complejidad rica que hace que la obra alcance infinitas posibilidades, puntos de vista, encuadres, y lecturas. De esta manera llegamos a comprender a nivel sensorial algo de la vida, de sus combinaciones posibles, de sus puntos de vista, creando no objetos unívocos sino objetos complejos dentro de un orden.
Estas
tramas, que tejen relatos, alcanzan una riqueza singular porque se hacen
protagonistas de algo muy importante para el ser humano y para la vida: la idea
de ORDEN y la idea de AZAR. Toda la obra de esta artista busca un orden pero huyendo de lo dogmático y
lo rígido. Sin orden no hay nada, incluso el caos contiene un orden. Estas
polaridades entre el orden y el desorden tienen mucha importancia en las
actividades humanas, donde el orden queda marcado por la trama. Es evidente que
en la obra de Cristina hay sensaciones arquitectónicas, pero referencias
también urbanísticas debido a la importancia de las tramas y su reflexión sobre
ellas. También el tiempo constituye una trama más a través de la historia. La magia se encuentra cuando aparece cierto
desorden, cierto azar, un sutil movimiento que desordena algo, como cuando
sopla el viento y o vibran las hojas de un árbol, sugiriendo vida y algo de
libertad.
Las
tramas están en las historias, en las ciudades, en nuestros propios tejidos
celulares, en nuestras gramáticas, en nuestros relatos, en las artesanías, en
internet etc. La trama es algo sustancial a la vida y al ser humano, de modo
que reflexionar a nivel plástico sobre ellas me parece un hallazgo valioso del
que también se han ocupado otros artistas anteriores como el caso de Piet
Mondrian o Paul Klee.
Formamos
parte de esas tramas y somos constituidos físicamente por tramas o tejidos. No
podemos considerar la realidad física como algo que está fuera de nosotros sino
que formamos parte de ella interaccionando con todo. Las propuestas de Cristina
inciden en nuestras percepciones como
parte interactuante de la realidad, como parte modificante del paisaje a través
de nuestras construcciones, de nuestras ordenaciones sean de paisaje o
constructivas. Una interacción física y
a la vez mental, debido al valor superior que alcanzan determinados elementos,
que actúan de referentes como puedan serlo palabras o conceptos que mezclados
en la multitud de información en la que nos movemos, adquieren un carácter
superior o simbólico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario