ficción_microrelato
Su
hijo Dani es muy vulnerable. Se le hiere fácilmente. Podría ser objeto de bullying.
Sin embargo es bastante querido y
respetado. Su vulnerabilidad no sabemos de dónde viene. ¿fue un hijo querido? pregunta
el profesor. La madre siente una amenaza
que no esperaba. Nunca le habían preguntado su parecer en casi nada... Pero le
sale contestar que sí, de modo que responde afirmativamente, que se trata de un hijo querido (en su interior piensa,
pero no se atreve a decir, que a decir verdad en aquel embarazo hubiera
preferido tener una hija). Finalmente lo dice. Bueno, eso podría tener su
importancia -apunta el profesor- podría desarrollar una vulnerabilidad falsa
para lograr una mayor aprobación suya. ¿quiere usted insinuar que soy
responsable de su vulnerabilidad? Yo no he dicho, eso, no me malinterprete ¿El
chico tiene hermanos? Si, tiene un
hermano mayor ¿Y qué tal se porta con él?
Mal, el mayor se ríe demasiado de la
forma de ser de Dani. No le acepta. Le sentó mal tenerme que compartir. El
mayor pelea por llevar la mejor parte en todo, en tener más comida, más
reconocimiento o más cosas. Dani es más
débil y lucha poco. Por eso parece enfermizo y como mal alimentado ¿pero usted
le protege? Si claro, los padres tendemos a sobreproteger a los más débiles,
por compensarles. Bastante tiene con sobrevivir. De todas formas se trata de un chico muy inteligente. Si
pudiera corregir esa vulnerabilidad…. Quizá le convenga hacer deporte,¿y si su vulnerabilidad fuese un mecanismo de
defensa? podría ser, pero usted me hace plantearme
demasiadas cosas. La vida es mucho más sencilla. Dani estudia y tiene amigos,
no creo que deba preocuparme de mucho más. ¿Y usted?, ¿usted tiene amigos? Menos de los que quisiera contesta el profesor. Pero no estábamos hablando de mí, sino de su hijo. El profesor se siente incómodo, hacía tiempo que
nadie se interesaba por él. El reciente abandono por parte de su mujer le ha
dejado con la autoestima herida. Sus problemas con el piso. Sus problemas con sus propios hijos. Centrémonos dice el profesor. Lo importante ahora es Dani y creo que la
influencia que usted ejerce en él es decisiva en sus sentimientos. El chico
quiere que usted le quiera más. De alguna manera saca ventaja de su ser enfermizo.
Ambos se asoman a la ventana. El chico
vulnerable está junto con sus compañeros en el recreo jugando con normalidad en
un patio de arena. Ni es fuerte ni es débil. Él se sabe vulnerable, pero no
fácilmente vencible. La madre detecta
que el profesor es sensible. Porque esas cosas se detectan, no se preguntan. La
madre se siente insegura. Es la primera vez que le preguntan si ha querido ese
hijo. Y no estaba preparada para expresar sus preferencias. La madre, después de
despedirse desaparece por el pasillo con un zócalo de azulejos color azul claro
y pálido. Sin ningún atractivo. El pasillo se hace algo largo hasta llegar al
ascensor. La madre se mete en su coche y
piensa en lo siguiente y lo siguiente que tiene por delante. Todo iba más o
menos bien, pero sabe que tiene un hijo vulnerable. También ella misma. También
el profesor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario