Puede que el éxito verdadero sea solo una salida
un momento de algo que llamamos universo
un fragmento de un orden aún mayor
que percibimos en forma de alegría o de belleza.
Puede ser el hecho de que amanezca
o el hecho de que una flor deje de estar cerrada y se abra.
Algo que te esperaba a ti que eres conciencia de la vida.
Puede ser un buen día de verano que acerca tu cuerpo al
mundo
o una estrella lejana de una noche en la playa que pone
en escala tu grandeza
puede ser algo que habitaba ya dentro de ti
y que encuentra una expresión hacia afuera.
Puede ser algo que sale a la luz y que al recibir la luz
abandona su frialdad
un miedo que retrocede y que al retroceder ya le veamos
huyendo
o una tristeza que se evapora sin prisa pasando por ti
para no quedarse.
Puede ser sólo un papel roto y que al romperse te libera de
una atadura
o algo que se recompone como cuando cobran sentido los
sinsentidos
una conexión que se restaura, un fallo que se arregla o
que mejora
lo hermoso de un día después de un camino difícil
o el mismo camino con sus heridas sin gloria aún con batallas perdidas.
o el mismo camino con sus heridas sin gloria aún con batallas perdidas.
Puede ser la vida misma, haber nacido pequeño y crecer
para algún día descubrir la riqueza única que ya estaba
en tí
y que tan sólo esperaba brotar y darse.
fotografía: tomada esta primavera en el jardín Botánico de Madrid.
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