Fin de semana para escuchar de nuevo
algunas canciones del mundo personal y a la vez universal de Cohen. En muchos
de mis grupos de whatsapp o de facebook , me llegaron enlaces de algunas de sus canciones, textos escritos
por periodistas, músicos etc; una versión de Hallelujah cantada por un amigo,
la inigualable interpretación de Jeff Buckley, la recomendación del disco de Enrique Morente con algún tema de Cohen (Omega) o la versión de Silvia Perez Cruz de Pequeño
vals vienés… Como si fuera un familiar nuestro (o de la humanidad) nunca me
habían llegado tantas cosas a la vez de un poeta que se expresó y comunicó a
través de la música. Gracias a estos escritos (y a algo de memoria) escuchando de nuevo Take
this waltz y ante la familiaridad de la
letra, me fui a un libro de Lorca, Poeta
en Nueva York; allí encontré con sorpresa el poema que Cohen había versionado,
sin ocultar la referencia ni el ritmo lorquiano escrito como medio siglo antes.
(I want you… Iwant you… Iwant you…) en mitad de un libro complejo, al que habrá
que volver a leer con las noticias americanas de hoy.
Ese
universo personal de Cohen, hecho de
misticismo y de deseo, de física y metafísica, de cuerpo y atracción, de armonía y expresión, de sensaciones (quizá
más que de sentimientos) de seducción, voz, ritmo, etc…temas intemporales que laten en el
aire, que están ahí en medio de nuestras vidas y nuestras preocupaciones. El
adiós a Cohen, es una señal de vida. Como su encantadora definición de poesía: “la
poesía es solamente la prueba de que hay vida. Si tu vida se está quemando
bien, la poesía no es más que la ceniza”… Con
algo de enigmático, de misterio alimentado, de leyenda, de logro de un
espacio propio, que no es intelectual y tampoco exactamente sentimental. Más
bien de una captación y una sensibilidad que busca una verdad de lo que ocurre,
(sin forzar lo que debería de ocurrir, ni lo que quieres oir)
Un
Cohen, al que por suerte no abarcas del todo nunca…”la poesía viene de un lugar
que nadie controla, nadie conquista” en palabras suyas. Lo mismo con sus textos, superpuestos, abiertos, que nos hacen dudar de quien es
realmente Suzanne mezclada como acordes
musicales con la mística, y la naturaleza…”Y cuando tratas de decirle que no
tienes amor para ofrecerle, te coge y te mece en sus brazos, dejando que sea el
río el que conteste que siempre has sido su amante…”.Un Cohen cuyo aspecto va variando entre
su mundo bohemio de los primeros años y
el elegante gentleman casi aristócrata que cuida con esmero su aspecto, su
dicción, su exacto tono.
Algo
también de cinematográfico, del cine de los setenta, con su look de judío
errante en esos lugares mágicos llenos de vida, un muelle, los barcos, una
iglesia con una torre y cerca del río en Montreal la casa de Suzanne, esposa de
un amigo… de la que sale una canción, como podría surgir una película, una
historia…A las conocidas referencias de la literatura hispana de Lorca ,
también habría que solapar la tradición irónica de la literatura inglesa, en textos como en el de la canción “ I am your man…” y en su puesta en escena, especialmente en sus últimas interpretaciones esbozando una sonrisa conquistada a base de búsqueda “Si quieres un amante
yo haré todo lo que me pidas pero si quieres otro tipo de amor usaré una
máscara por ti"
Lugares
comunes de las relaciones humanas. Lugares especiales de la belleza y el
misterio. Universo interior misterioso, propio y a la vez común, inentendible
del todo, y a la vez capaz de hacernos sentir cosas que están en nosotros. A
veces me cansa y otras me entusiasma. Pero sin duda me interesa ese modo de
hacer, no revelar el misterio de las cosas, no hacer que sean perfectos más que los
acordes, el sonido de un violín en la noche sonando de un modo seductor,
mientras el humor se mezcla con el amor, la sonrisa, con cierta sensación de
verdad, la distancia con la cercanía, el llanto y la tristeza, con la alegría y
la risa….
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