En este uno de enero, una de la tarde, hora en la que hoy todo el mundo parece entregarse al sueño más profundo después de una noche de fiestas y de excesos, con las calles solo habitadas por las ráfagas de frío y el más absoluto de los vacíos, el lago arriba de Navacerrada hecho todo él un bloque de hielo, espera sin ninguna prisa el sol, que le vaya derritiendo a medida que avanza este corto día. Silencio. Vida congelada. Y ahí, en ese frío callado, se me va revelando que en definitiva todo es pura apariencia,un espejo donde vernos, una pista en la que patinar fugazmente.
Es primero de año sin metáfora, y me empeño en cargar el día de significado. Acabar un año y empezar el siguiente, ha sido motivo de fiesta, de burbuja, de serpentina, y alegría borracha,de un final de año extraño cuya mayor causa de celebración ha sido decirle adiós.
Ya le dije adiós ayer. Y con mi adiós espero que se entierre la injusticia, el abuso y el maltrato. Espero que se acabe la insolidaridad, los desahucios y la avaricia. Espero que se acabe la falta de perspectivas, la depredación injusta y el sinsentido. Espero que se acaben las burbujas, la prepotencia del dinero, y de la corrupción. Espero que se acabe el desgobierno, la falsedad, y el engaño.
Y quiero decirle hola, a medida que el hielo se va derritiendo, quiero decirle hola a un mundo mejor, más capaz, mejor gobernado. Quiero decirle hola a una economía humanista, y no depredadora. Quiero decirle hola a una construcción con sentido digna del ser humano y digna del paisaje donde se ubica. Quiero decirle hola a un deporte más limpio de sustancias y de abusos de todo tipo. Quiero decirle hola a una patria más auténtica y competente. Quiero decirle hola a una educación con más trabajo en equipo, con más desarrollo de las capacidades enormes que tenemos y menos repetición de contenidos. Quiero decirle hola a una sanidad más humana, eficaz y que sepa desmontar todo lo que hay de negocio malsano en ella y de intereses farmacéuticos mezquinos. Quiero decirle hola a un agua pública que nunca nos ha dado un problema. Quiero decirle hola a gente que ha descubierto cosas buenas para el ser humano y que es silenciada por el interés corrupto. Decirle hola a una fruta que sepa a fruta y no a corcho, quiero decirle hola a aquello que suene a vida, a renovación, y no a estancamiento.
El lago helado espera el tenue sol del día uno. También yo espero que el sol de este día de invierno me haga bien sobre mis fríos temores, y los convierta pronto en algo más parecido a la cadencia sonora de un río. Es la una, y no tengo muy claro aún si he empezado el año en el lago, o es que sigo soñando bajo las sábanas de este día uno.
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