martes, 1 de enero de 2013

el lago helado


En este uno de enero, una de la tarde, hora en la que hoy todo el mundo parece entregarse al sueño más profundo después de una noche de fiestas y de excesos, con las calles solo habitadas por las ráfagas de frío y el más absoluto de los vacíos, el lago arriba de Navacerrada hecho todo él   un bloque de hielo, espera sin ninguna prisa el sol, que le vaya derritiendo a medida que avanza este corto día. Silencio. Vida congelada. Y ahí, en ese frío callado, se me va revelando que en definitiva todo es pura apariencia,un espejo donde vernos, una pista en la que patinar fugazmente.
  
Es primero de año sin  metáfora, y me empeño en  cargar el día de significado. Acabar un año y empezar el siguiente, ha sido motivo de fiesta, de burbuja, de serpentina, y alegría borracha,de un final de año extraño cuya mayor causa de celebración ha sido decirle adiós.  
Ya le dije adiós ayer. Y con mi adiós espero que se entierre la injusticia, el abuso y el maltrato. Espero que se acabe la insolidaridad, los desahucios y la avaricia. Espero que se acabe la falta de perspectivas, la depredación injusta y  el sinsentido. Espero que se acaben las burbujas, la prepotencia del dinero, y de la corrupción. Espero que se acabe el desgobierno, la falsedad, y el engaño.

Y quiero decirle hola, a medida que el hielo se va derritiendo, quiero decirle hola a un mundo mejor, más capaz, mejor gobernado. Quiero decirle hola a una economía humanista, y no depredadora. Quiero decirle hola a una construcción con sentido digna del ser humano y digna del paisaje donde se ubica. Quiero decirle hola a un deporte más limpio de sustancias y de abusos de todo tipo. Quiero decirle hola a una patria más auténtica y competente. Quiero decirle hola a una educación con más trabajo en equipo, con más desarrollo de las capacidades enormes que tenemos  y menos repetición de contenidos. Quiero decirle hola a una sanidad más humana, eficaz y que sepa desmontar todo lo que hay de negocio malsano en ella y de intereses farmacéuticos mezquinos. Quiero decirle hola a un agua pública que nunca nos ha dado un problema. Quiero decirle hola a gente que ha descubierto cosas buenas para el ser humano y que es silenciada por el interés corrupto. Decirle hola a una fruta que sepa a fruta y no a corcho, quiero decirle hola a aquello que suene a vida, a renovación, y no a  estancamiento.    
El lago helado espera el tenue sol del día uno. También yo espero que el sol de este día de invierno me haga bien sobre mis fríos temores, y los convierta pronto en algo más parecido a la cadencia sonora de un río. Es la una, y no tengo muy claro aún si he empezado el año en el lago, o es que sigo soñando bajo las sábanas de este día uno.   


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