martes, 26 de junio de 2018

Vulnerable


ficción_microrelato 

Su hijo Dani es muy vulnerable. Se le hiere fácilmente. Podría ser objeto de bullying. Sin embargo es bastante querido y respetado. Su vulnerabilidad no sabemos de dónde viene. ¿fue un hijo querido? pregunta el profesor. La madre siente una amenaza que no esperaba. Nunca le habían preguntado su parecer en casi nada... Pero le sale contestar que sí, de modo que responde afirmativamente, que se trata de un hijo querido (en su interior piensa, pero no se atreve a decir, que a decir verdad en aquel embarazo hubiera preferido tener una hija). Finalmente lo dice. Bueno, eso podría tener su importancia -apunta el profesor- podría desarrollar una vulnerabilidad falsa para lograr una mayor aprobación suya. ¿quiere usted insinuar que soy responsable de su vulnerabilidad? Yo no he dicho, eso, no me malinterprete ¿El chico tiene hermanos? Si, tiene un hermano mayor ¿Y qué tal se porta con él? Mal, el mayor se ríe demasiado de la forma de ser de Dani. No le acepta. Le sentó mal tenerme que compartir. El mayor pelea por llevar la mejor parte en todo, en tener más comida, más reconocimiento o más cosas. Dani es más débil y lucha poco. Por eso parece enfermizo y como mal alimentado ¿pero usted le protege? Si claro, los padres tendemos a sobreproteger a los más débiles, por compensarles. Bastante tiene con sobrevivir. De todas formas se trata de un chico muy inteligente. Si pudiera corregir esa vulnerabilidad…. Quizá le convenga hacer deporte,¿y si su vulnerabilidad fuese un mecanismo de defensa? podría ser, pero usted me hace plantearme demasiadas cosas. La vida es mucho más sencilla. Dani estudia y tiene amigos, no creo que deba preocuparme de mucho más. ¿Y usted?, ¿usted tiene amigos? Menos de los que quisiera contesta el profesor. Pero no estábamos hablando de mí, sino de su hijo. El profesor se siente incómodo, hacía tiempo que nadie se interesaba por él. El reciente abandono por parte de su mujer le ha dejado con la autoestima herida. Sus problemas con el piso. Sus problemas con sus propios hijos. Centrémonos dice el profesor. Lo importante ahora es Dani y creo que la influencia que usted ejerce en él es decisiva en sus sentimientos. El chico quiere que usted le quiera más. De alguna manera saca ventaja de su ser enfermizo. Ambos se asoman a la ventana. El chico vulnerable está junto con sus compañeros en el recreo jugando con normalidad en un patio de arena. Ni es fuerte ni es débil. Él se sabe vulnerable, pero no fácilmente vencible. La madre detecta que el profesor es sensible. Porque esas cosas se detectan, no se preguntan. La madre se siente insegura. Es la primera vez que le preguntan si ha querido ese hijo. Y no estaba preparada para expresar  sus preferencias. La madre, después de despedirse desaparece por el pasillo con un zócalo de azulejos color azul claro y pálido. Sin ningún atractivo. El pasillo se hace algo largo hasta llegar al ascensor. La madre se mete en su coche y piensa en lo siguiente y lo siguiente que tiene por delante. Todo iba más o menos bien, pero sabe que tiene un hijo vulnerable. También ella misma. También el profesor.

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