jueves, 8 de diciembre de 2016

Tres horas y un día (microrelato)







"No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero el Jardín Botánico es un parque dormido
en el que uno puede sentirse árbol o prójimo
siempre y cuando se cumpla un requisito previo.
Que la ciudad exista tranquilamente lejos."

Mario Benedetti

J. Almagro, había tomado  prestados dos libros de una biblioteca de Madrid. Ambos de Llamazares con títulos: “Entre perro y lobo” y “La lluvia amarilla”. La biblioteca es una excusa para acercarse hasta un lugar que le atrae, que le obliga a trasladarse desde su relativo aislamiento en las afueras de la ciudad, hasta el corazón de la misma. Una suerte de imprevistos hacen que no encuentre el modo de ir a devolverlos dentro del plazo señalado. Una sucesión de casualidades que se van superponiendo con asuntos más urgentes que la devolución de los libros. Asuntos como  llamar a un amigo que se ha quedado sin trabajo, interesarse por otro que se ha puesto enfermo o asistir a una comida con antiguos compañeros le van dejando sin margen para ir hasta la biblioteca durante varios días una vez agotado el plazo. 

En un hueco de una tarde de sábado se dispone junto a otros recados a adentrarse en Madrid. No dispone esa tarde de coche pero si de moto. Antes de salir mira la previsión del tiempo en esa especie de dios del conocimiento que es Google y comprueba que va a llover pero muy poco, apenas unas gotas. A mitad de camino, contra lo previsto, cae una tromba de agua que le atrapa en la M-30, haciendo muy complicado el acceso a la ciudad. La lluvia en la autopista le salpica con fuerza los ojos, pero si cierra la visera del casco no tiene la suficiente visibilidad como para conducir. Llega empapado, ya cerrando la biblioteca. Le suplica a la bibliotecaria que por favor que solo quiere devolver un par de libros, que le atienda y ella a pesar de indicarle que ya ha cerrado, accede haciendo una excepción. Consigue deshacerse de los dos libros y de sus historias y siente un peso menos.

Al salir de allí  J.Almagro se mete en un bar agradable a tomarse un café y de paso conseguir secarse un poco. Dentro del bar, en el periódico de la barra, lee  una noticia que le llama la atención, la muerte de Marcos Ana, a los 96 años de edad, cuya historia personal es la de un combatiente que estuvo preso en las cárceles franquistas desde los 19 hasta los 41 años. Adopta el nombre de Marcos Ana, juntando los nombres de sus padres. De sus largos años de prisionero, y como único escenario el patio de una cárcel, nace una obra poética con títulos como “decidme como es el árbol” o “pequeña carta al mundo”. 

Una vez que escampa J.Almagro comienza a caminar, hasta una tienda donde hacer un regalo. Con el regalo hay otro regalo por cortesía de la empresa que a su vez encierra una estrategia de marketing cuyo objetivo es no es otro que el conseguir que el cliente vuelva más veces. Luego se mete en una librería en busca de un título concreto “Construir el vacío” pero la zona donde ha de estar, se encuentra ocupada por una sesión infantil de cuentacuentos. Se queda por la librería hojeando otros libros que pudieran interesarle. Al final le llaman la atención unos poemas de Benedetti. Lee como primera cita en la edición del libro esta frase de Arthur Schopenauer: “El amor es la compensación de la muerte, su correlativo esencial”. Con la lluvia hace algo menos de frío. El ambiente ya es pre-navideño. La gente ha salido en tromba después de la lluvia. La lluvia ha salido en tromba antes que la gente. La gente le resulta muy joven. La mayor parte de la gente ha venido al mundo después que él. Y el mundo es otro. La mirada también. Al pasar junto a un antiguo cine le llama la atención un programa de reposición de películas ya clásicas, entre ellas “El precio del poder” con Al Pacino… La gente camina ambientando la calle. Regalos.Regalos.Regalos…

Al día siguiente los telediarios de todo el mundo darían la noticia de la muerte de Fidel Castro, de edad similar a la de Marcos Ana. Ambos de ideología comunista. Uno prisionero de un régimen y de una violencia, el otro protagonista y artífice de otro que quizá sea su correlativo esencial.

Y a mí me dio por pensar que al igual que en una muestra de pelo está contenido nuestro particular código genético, en las tres horas y un día de J.Almagro, bien pudieran estar contenidas las reyertas, los problemas y las pasiones de casi cien años.